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sábado, 10 de febrero de 2007


THE CURE – Open

Cuando escuchamos a The Cure vemos cosas tenebrosas, muy turbias, terroríficas, tortuosas e infinidad de adjetivos que podría buscar en el diccionario Espasa, pero no me da la gana de buscar. Tengo ganas de escuchar esta noche la canción “Open” y no hacer otra cosa que poner la función “repeat” de mi aparato de sonido para poder escucharla una y otra vez.

La temática de esta canción es muy atrayente: HABLA SOBRE LA NOCHE, LA CONFUSIÓN, EL CEREBRO EN PLENA EFERVESCENCIA NOCTURNA, EL VIAJE MÍSTICO ACOMPAÑADO DE UNOS ACORDES DENSOS Y LARGOS... MUY LARGOS...

Robert Smith tuvo una gran idea al crear este pedazo de canción. Es el primer tema del álbum “Wish” –os recomiendo que os veáis si podéis el vídeo de la gira de 1993, llena de sombras y luces azules y rojas estratégicamente puestas sobre los pelos llenos de todo tipo de cosméticos y tintes negros, y sobre todo lo más importante: los pelos sobre la cara para que no se vea el más mínimo sentimiento positivo. Una verdadera maestría en la puesta en escena de “The Cure”.-

El tema “Open” empieza con unos acordes con algún que otro efectito para meternos desde el primer segundo del disco en el universo sonoro de Robert Smith y compañía. El bajo hace los honores creando, aún si cabe, una atmósfera más densa; para mí una de las introducciones de The Cure más curradas en la que se alternan dos guitarras bien combinadas. Acto seguido ya llega la fiesta de los disfraces en algún antro de Londres o de Manchester, ¿quién lo sabe? Robert Smith nos lo cuenta... Allá vamos... Abrimos la puerta del local... La puerta es negra... Se oye música estridente... Entra antes de cerrarse la puerta pesadamente mientras entra más gente detrás y te empujan y entras a apretujones y no puedes respirar muy bien, su piel se vuelve viscosa por efecto del calor, el sudor, el humo del tabaco y el aliento de la gente... Todo nos hace pensar que esa noche no vamos a acabar muy bien.

Ésta es la sensación que da la canción, una pesadilla sonora sin fin, parece que nunca se va a acabar, pero sigamos con la fiesta, que estaba muy divertida, ¿no creéis? Entonces alguien viene y te pregunta si quieres una copa y que te va a presentar a unos tíos muy interesantes que saben de arte y esas cosas raras y luego acabas en el otro lado del local hablando con gente que no conoces. Vuelves al mismo sitio donde habías entrado con los amigos porque se te acabó el contenido de tu copa y acarreas más material y a volar. Después de unos minutos largos, miras el reloj y todavía no ha pasado mucho tiempo, pero después miras otra vez y ha pasado una eternidad... Y vuelves a tomar una copa. Tienes que ir a orinar porque ya no aguantas más y te encuentras con la misma gente de antes, porque todos son iguales, todos se ríen, todos bailan, todos fuman, todos beben, todos se divierten y hay que hacer algo: HAY QUE SALIR DEL LOCAL PORQUE EL AMBIENTE ESTÁ DEMASIADO CARGADO. Y la verdad que no deberías haber bebido tanto y te sientes cansado y asqueado de todo y decides irte a casa ya.

Bueno, creo que he sido gráfico con las palabras y habréis disfrutado de una buena borrachera de letras, puntos y comas y si volvierais a leer esto acompañado de una copa, mucho mejor, entenderíais todo. Cada uno que entienda lo que quiera, las sensaciones son subjetivas.

Y para que veáis mejor lo que explica la canción, os lo voy a poner traducido al español. Todo un lujazo. Vais a veros envueltos en una de esas borracheras en el Antzoki a eso de las 6 de la mañana. Y cuando leáis la letra y la metáis en un PDA os aconsejo que vayáis donde Josetxo Anitua para que os ponga la canción, seguro que le gustará la idea...

OPEN

No sé lo que hago aquí. Habría hecho mejor en irme a la cama pero... Sólo una copa, quieren conocerte. Te gustarán, nos caen muy bien. Te prometo que nos iremos dentro de una hora. Te traeré otra mientras saludas a todos.

Aquí estoy agarrado a la copa. Mi boca, las sonrisas se acercan, se abren de par en par al levantarme. Sonrisas demasiado radiantes. Respiro demasiado hondo, la cabeza me da vueltas. El ambiente está cargado, tan cerrado. Empiezo a tambalearme. Las manos que me sujetan ya no tienen nombre. No se van. Y vuelta otra vez.

Me doy contra desconocidos. Y aún no son las 11. Abro los ojos como un niño y alguien me da el paraíso. Y lo acepto de rodillas como otras mil veces antes. Me transfiguro o al menos me lo figuro. Mirando al suelo, estoy mirando al suelo. Y empiezo a sonreír como un animal agonizante. Tengo sangre en las manos. Tengo manos en el cerebro. La primera arcada me deja con ganas de más. Grito de mala manera al ver que se acerca al suelo.

Estoy tirado de espaldas. Las luces y las mentiras me ciegan. Los colores, la música son estridentes. Parece que mi cabeza se hincha. Vuelta a empezar. Vuelta otra vez. Río, doy saltos. Canto, río, bailo, canto, río, río. No consigo saber dónde estoy ni quién soy. Tampoco sé por qué sigo, por qué lo saco, por qué lo tiro, por qué lo hago, por qué lo echo. Así como cae la lluvia a raudales, me siento por dentro.

Ya no aguanto más lo que soy, en lo que me he convertido cuando mi vida se petrifica. Muevo la boca. Muevo los pies. Te digo que te amo a muerte como si mi vida dependiera de eso.

Todos mis juegos, todas mis sonrisas, todas las copas, y bebo hasta enfermar. Todas mis muecas, todas mis sombras, toda la gente, todas las palabras me dan asco. Me siento tan cansado. Así como cae la lluvia a raudales, me siento por dentro.

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