Vistas de página en total

sábado, 27 de diciembre de 2008

LA DAMA SE ESCONDE



LA DAMA SE ESCONDE - Lo mejor de La Dama Se Esconde (recopilación 1999)

Si yo pudiera estar esta noche contigo, una hora más, si yo pudiera soñar y decirte al oído un deseo secreto, encuéntrame esta noche en la tierra de los sueños.

Así es como empieza una letra de “La Dama Se Esconde”. He encontrado este disco escondido dentro de la maraña de discos que tengo, unos originales y otros... no tan originales. He visto a dos chavales jóvenes, como a mí me gustaría estar en ciertos momentos. Ya sé que sigo siendo joven, pero me gustaría ser otra vez adolescente, y no pensar en cosas tan trascendentales y no preocuparme tanto por algunos sentimientos que lo único que hacen es maltratarme y debilitar mis más ocultas creencias.

El caso es que no logro disentir de la realidad y la verdad de estos donostiarras, que me hacen creer que la verdadera realidad está por esperarme y no parece que me venga a buscar. Este año ha sido muy duro para mí y no ha hecho más que maltratarme y quizá debería sobreponerme, pero es que incluso los más secretos detalles de mi vida me invitan a creer que esto es imposible.

Bueno, creo que mejor voy a hablar sobre el disco, que me parece, de lo más interesante… El disco se llama “Lo mejor de La Dama Se Esconde”, y contiene sus singles, caras b, rarezas y 1 tema inédito; lo que puedo decir de este grupo, o más bien dúo, es que siempre te sorprenden con sus temas oscuros y sorprendentes. Dos jovenzuelos que hablan sobre los mundos de Tolkien, de mundos paralelos, hablando de ciudades de fuego, senderos ocultos y magos de colores.

Los anhelos y temas de “La Dama Se Esconde”, son siempre etéreos y nunca siempre claros. Siempre hablan de mundos de fábula. Mundos de fábula llenos de personas reales a las que siempre ven y tienen la apariencia de gente cercana, pero al final son gente que cada vez están más lejanas. Un nuevo día viene, pero según “La Dama Se Esconde”, las cartografías indican que los mapas y las fronteras no son verdades siempre, y que la gente a la que has conocido no son lo que tú creías que eran. O al menos, ésa es mi percepción. Muchas veces mi rincón de privacidad y de verdad se encuentra en la música, y no precisamente en el blues. El pop muchas veces te saca de muchas dudas existenciales: cómo soy, si existo, si amo, si voy a divertirme, si tengo que probar un chupito de whisky espirituoso. En fin, que me parece que la música me sirve según el momento y la situación.

Los dos jovenzuelos, son los jóvenes que todos hemos visto en televisión, cuando había artistas que se descubrían por sus mensajes llenos de palabras y mensajes. Canciones como “La tierra de los sueños”, “A años luz”, “Coleccióname”, “Princesa” o el mismo “Amenazas”. Temas todos estos que se encuentran reunidos en este recopilatorio lleno de sorpresas y de mensajes por descubrir.

Yo sólo tengo clara una cosa, cuando escucho este disco; tengo ganas de que me sorprendan, tengo ganas de que me llenen de cosas positivas, o al menos artificios, que me hagan creer que vivo en ese sueño del que me habla “La Dama Se Esconde”. Me gustaría viajar a ese mundo en el que todo es poético, en el que se coleccionan sonrisas, coleccionan comics, coleccionan momentos, coleccionan sentimientos. Vamos, que me han coleccionado hace tiempo, porque soy un romántico sin cura, y puede que así no me convierta en millonario, ni tampoco me quieran tan sólo ni un poquito más de lo que ocurre en la realidad.

Pero, sencillamente me da bastante igual. Creo que siento la necesidad de escuchar un disco para curar mis heridas. Y “La Dama Se Esconde”, han llegado a mi corazón más adolescente e inocente. Si me llaman idiota, me da lo mismo, porque sé que si me porto como un verdadero hombre, seré hombre, y se me porto como un verdadero energúmeno, seré eso: un energúmeno. Me quedo con esas palabras poéticas de carmines impregnados en pieles blancas, guitarras maltrechas por amores de violines, o violines violados por eternos tambores.

jueves, 25 de diciembre de 2008

TIN MACHINE



TIN MACHINE

En días en los que no hay garantía de diversión musical, siempre tenemos el jazz, pero nos acaba por cansar. Si nos ponemos funky no paramos de mover los pies, y nos lleva a un frenesí sin salida. Si nos ponemos disco, nos ponemos a mover el pie, y un poco ñoños por el revival de que todo fue mejor cuando los Bee-Gees se lavaban con Profidén. Si escuchamos heavy nos acaba por estallar la cabeza. Si escuchamos punk es posible que nos obsesionemos con que no hay un futuro posible. Y si escuchamos clásica, seguramente se nos quedará una posición de pijo jugando al golf en una mañana soleada. Y si escuchamos blues, en algún momento nos sentiremos mejor y dejaremos de necesitar el blues.

Por lo tanto, lo que nunca falla, es David Bowie. Lo tiene todo. Todos estos elementos más o menos mezclados los tiene; o mezclados o a parte. He llegado a poner un par de discos dobles de Bowie, el disco “David Live” y el disco “On Stage”, y ya me ha picado el gusanillo de escuchar algo más cañero y actual. Y Bowie, como siempre tiene una respuesta para todas nuestras plegarias.

El proyecto en concreto se llama Tin Machine – Tin Machine. Un grupo formado por viejos conocidos y nuevos para Bowie, pero no nuevos en el panorama musical. Con una portada blanca de fondo, aparentemente sencilla, y poniendo muy a las claras que el rock no es sólo música para desarrapados greñudos que sólo piensan en fumar canutos y tomar cervezas sin parar, el disco se presenta elegante, vivo, salvaje y muy musical. El proyecto lo forman David Bowie: guitarra y vocales; Reeves Gabrels: guitarra solista; Hunt Sales: batería y vocales; y Tony Sales: bajo y vocales (que supongo que será el hermano del anterior). Viejo conocido de sesión a finales de los setenta es Reeve Gabrels. Con su buen hacer y sus solos de quitar el hipo, nos crea unos sonidos típicos del más puro estilo glam, pero sin hacer aspavientos innecesarios.

Sólo decir las características principales del disco, es que es un sonido rotundo y elegante, gracias a la aparición de David Bowie, y por supuesto un reclamo. Sin haber acabado la década de los ochenta, pero ya muriendo (1989), los hermanos Sales, que han tocado con Iggy Pop anteriormente, y el guitarrista Reeve Gabrels, deciden formar un grupo a la vieja usanza, sin un líder definido, en el que la música sea protagonista. Yo, personalmente conocí este disco por el último gran programa musical que dieron en Televisión Española: “Rockopop”, presentado por Beatriz Pecker; y dieron un vídeo del primer single que era “Heaven’s in here”, un medio tiempo orientado al blues, y con un solo de guitarra que por aquellos tiempos me flipaban mucho. Hay temas como “Tin Machine”, “Bus Stop”, “Pretty Thing” y “Crack City”, que componían la parte dura del disco. Temas duros con altas connotaciones heavies. Había temas introspectivos como “I can’t read” o “Prisoner of love”. Pero la gran sorpresa fue cuando el día que fui a comprarme el disco original, había una famosa canción de John Lennon –“Working Class Hero”- que originalmente él tocaba en acústico y voz sólo; pero Bowie la transformaba de tal manera que le daba una connotación más cínica y política si cabe. En definitiva, un gran disco para disfrutar cuando tengas ganas de sorprender a tu conciencia, a tus vecinos, y porque no, al cabrón de tu jefe, cuando mueves tu cosita, mientras escuchas el disco con los cascos.

Posteriormente a aquella gran compra que ahora mismo estoy degustando, y la carpetilla, está algo amarilla en algunos lados, pude ver en televisión un concierto del grupo en el que todavía dejaban el listón más alto que en los discos. Todo un derroche de energía, de humanidad, de sensaciones visuales e incluso táctiles, cuando Bowie se quitaba la camiseta y dejaba que le secasen el sudor algunas cachondas en el público, tocaba el saxofón sólo con su boquilla; o Gabrels apartaba el jack de su clavija para ofrecer el trofeo al público e hicieran ruidos varios tocando el pitorrito, mientras él modulaba sonidos con su pedalera.

Si todavía no conocéis esta maravilla de disco, os lo recomiendo. Al que no sea amigo de Bowie, aquí vera un Bowie distinto. Y al que le guste Bowie, mejor que mejor, no le defraudará. También tienen otro disco más, éste más difícil de encontrar, que se llama “Tin Machine II”.




sábado, 6 de diciembre de 2008

NEW YORK DOLLS en Sala Rock Star de Baracaldo (05-12-2008)



NEW YORK DOLLS en la Sala Rock Star de Baracaldo (2008-12-05)

Oye Carl – Dime Berg. ¿Quiénes son estos tíos con pinta de maricones y que llevan el pelo cardado y engominado y se comportan como verdaderos drogadictos? Pues mira Berg, son New York Dolls, que se han reunido después de muchos años de ostias musicales y tugurios sucios con el suelo lleno de cerveza y de cristales rotos.

No os voy a aburrir sobre la historia de New York Dolls, porque para eso tenemos una buena enciclopedia multimedia en el wikipedia. Pero sí que voy a recordaros brevemente las vidas y muertes, idas y vueltas, subidas y bajadas, tragos y chutes y la Babilonia del rock, que es un castillo de naipes que en cualquier momento se puede caer, pero que siempre nos tiene pendientes y somos capaces de dejar todo por un par de horitas y dedicarnos en cuerpo y alma a un momento inolvidable.

Bueno, han tenido mucho movimiento en su formación, pero éstos son la formación en un disco que tengo en mis manos con los éxitos más sonados; el disco se llama “Rock and Roll” y aparece en la portada un dibujo de una vaquera muy rica con dos pistolitas en las manos. La formación son DAVID JOHANSEN –vocales, armónica y gong; JOHNNY THUNDERS – guitarra y vocales; SYLVAIN SYLVAIN – guitarra, piano y vocales; ARTHUR KANE JR. – bajo; JERRY NOLAN – batería y percusión. De éstos hoy día sólo quedan dos DAVID JOHANSEN y SYLVAIN SYLVAIN. Ahora os explicaré porqué.

En 1971 murió el antiguo baterista Billy Murcia tras ingerir grandes cantidades de drogas y alcohol, sus groupies lo sumergieron en una bañera de agua fría y llenaron su boca de café… Lo sustituyeron por Jerry Nolan. Otro de los miembros importantes –JOHNNY THUNDERS- murió en circunstancias que no se conocen muy bien, en un hotel de Nueva Orleáns en 1991, pero se especula que pudo ser por una sobredosis de metadona, o de leucemia o SIDA. Fue fundador también de un grupo que se llamaban JOHNNY THUNDER AND THE HEARTBREAKERS, con un estilo muy parecido a NEW YORK DOLLS.

Pero bueno, aquí hemos venido a hablar del concierto en la Sala Rock Star. Teloneando unos guipuchis –Aterkings- muy influenciados por Iggy Pop y los ruidos repetitivos, pero sin ninguna pretensión artística. Pueden estar tranquilos que ninguno de nosotros contaremos que estuvieron taloneando a New York Dolls, pero ellos estarán eternamente agradecidos por haber comandado el inicio del concierto con estos mitos del rock and roll.

Es cuando esperando un tiempo bastante largo y eterno, la gente se impacientaba bastante por la tardanza del grupo. Y no hacían más que poner canciones de merengue, salsa y cosas parecidas; se nota que el garito está destinado para la gente guapa. Por el ambiente "cool" que hay. Hay que reconocer que el sitio está bien preparado con 3 barras bien distribuidas; una a la izquierda, una a la derecha y una en medio del sitio junto todos los artilugios tecnológicos de ordenadores, luces y proyectores. Luego hay un restaurante que está bastante majo, protegido con un cristal.

Como ya he dicho, esas muñequitas con pinta de mariconas ya entradas en años, se pusieron manos a la obra tocando clásicos de la banda como Babylon, Looking For A Kiss, Private World, Trash, Puss ‘n’ Boots, una versión de Janis Joplin and The Holding Company: Piece Of My Heart, una versión de Hey Bo Didley del propio Bo Didley, supongo que como homenaje a su reciente muerte.

Fueron unos 80 minutos de un rock más que intenso, un sonido perfecto y bien modulado. La acústica del sitio era casi perfecta, lo que no me gusta es la distribución del espacio. Para ser unos viejetes con cara de viciosos no tocan nada mal, y tienen mucha marcha todavía. Supongo que hay cosas que te pueden hacer cambiar por una noche... Pero eso ya es otra historia. Como me dijeron a mí llevando melenas hace mucho tiempo: "Los rockers nunca moriréis..." Todavía me pregunto por qué me dijo esto un tocado por la heroína... Pero bueno, es lo que tiene vivir en cualquier barrio pintoresco de Bilbao.

Volvamos al concierto. Vi a mucho descubridor de la música, chicas de 18 añitos a lo sumo 25, que se pasaron por allí a ver qué hacían estos carrocitas. No sé muy bien si entendieron que el rock que practican ellos, es duro y corrosivo, sarcástico y urbano, lo que se podría decir: una desvergüenza total, un sonido desenfadado y desordenado, pero que siempre te pone las pilas. La gente pedía más, así que, dejaron de vociferar: "beste bat", para empezar a vociferar: "New York Dolls!", a lo cual todos accedimos a pronunciar, y tocaron mi canción favorita de ellos: PERSONALITY CRISIS; es todo un himno para mí, guitarras sucias, vocalizaciones descomunales, abriendo la boca al más puro estilo Mick Jagger, y ese SYLVAIN SYLVAIN incitando a la gente a hacer el gamberro...

Señores y señoras. Hemos visto a unos supervivientes del rock and roll y bien vivitos y vitales. No defraudaron, fue un concierto corto pero intenso.

Contento de haber estado quizá en la despedida de esta banda. Espero que no porque tienen mucha cuerda. Y son los supervivientes del verdadero espíritu del rock and roll.


viernes, 28 de noviembre de 2008

ANKITONER METAMARS (27-11-2008 EN EL BULLIT)



ANKITONER METAMARS (27-11-2008 en Bullit)

No sé exactamente lo que es la realidad, lo que es la locura, lo que es la cordura, en qué consiste la profundidad de campo de una fotografía, nunca he estado en un picnic americano con moscas y con avispas. Lo único que sé es que después de haber estado en…No sé muy bien el tiempo que he gastado en mi existencia en el Bullit. No sé muy bien el ruido que he escuchado hasta llegar a mi casa y ver la verdadera realidad de la vida, la verdadera verdad, la verdadera realidad del ruido, la verdadera divinidad de lo no divino… Todavía no sé muy bien lo que es la realidad.

Dos tíos plantados en un escenario después de haber pimplado cientos de vasos de tubo manchados de JB. 4.44 dura la segunda canción del disco de ANKITONER METAMARS, y precisamente éstas son las cosas que me llaman la atención de cuando escucho un disco. Esto es lo que llama la atención de un músico después de dar un recital: que le compren un disco.

Pero es que yo no sólo tengo bastante con descargarme un disco a través de unas telarañas cibernéticas, debo tener un formato lleno de puntos binarios con unas ondas sonoras, en este caso me hablan de un caleidoscopio electrónico que me vuelve loco. Ese caleidoscopio divino, que a la vez es satánico; la dualidad sonora, la dualidad alcohólica, la dualidad envenenada de esa ponzoña ruidosa y corrosiva.

El disco se compone de dos caras, aunque sólo tenga una. Pero es que la realidad del disco compacto es ésta: son dos caras en una. Con la tecnología podemos tener muchas caras, incluso las caras que ponemos nosotros al escucharlo. Todo lo que escuchamos tiene un precio. El ruidismo no es gratuito. Tienes que pagar 5 € por una entrada, y no es suficiente, porque una puta, llamada camarero te pide dinero por una birra que cuesta 2,50€ por una cerveza de botellín. Juntando dos te salen esos 5 €, y ya hemos completado el círculo.

No penséis que estoy loco, lo único que estoy haciendo es reivindicar el poder del absurdo en un mundo jodidamente cuerdo. Anki Toner & Javier Piñango forman este dúo de ruidismos sin fin y terrores nocturnos. La mar de ruidos que he escuchado, el club de los resentidos en el que estamos todos, la maraña de pulgas que nos pican cuando me rugen los tímpanos, no es ninguna invención.

Hay un tiempo para todo, para amar, para escuchar, para encender tu ordenador en tu solitaria habitación. Hay un momento en el que decir “aleluya” es la solución. Es precisamente este momento en el que acabo de venir de un conglomerado de estilos y de locales, cuando me doy cuenta de que la fina línea de lo peligroso y lo divino están unidos; por eso tengo que decir “aleluya” ¡chicos!

He comprado un disco que puede descargarse por Internet, pero yo he querido comprarlo, y por eso este acto de un ángel caído en combate musical y ruidista, se merece una dedicatoria Coheniana, y digamos que es un tributo a todos los perdidos en ese espacio infinito lleno de locos divagando en un mar de dudas.

El que me conozca, ya sabe que estoy divagando. El que no me conozca no sabrá que estoy divagando. Y el que me conozca demasiado sabe que esto lo hago por amor al arte. A todos ellos, los que me leen por amor al arte, a la música, a las letras y a las rimas sin sentido. A todos ellos va dirigida esta misiva de locos asesinos y vociferantes.

Por Ankitoner Metamars, y el Cristo verdadero. Por todo aquello que nos dé libertad creativa. Esto no es una crónica. Es más o menos una crónica que cuenta lo que ha pasado, pero tengo tantas cosas en la cabeza y hay tantas guerras interiores en las cabezas de la gente, que me gustaría saber cuándo acabará. Pero a mí se me hace cortísimo, cuando logran atrapar la corriente cerebral oculta que tengo muy dentro de mí, pasa esto: EL CAOS.
Para más información y descargas:
Yo podría haber descargado el disco de internet, pero me apetecía comprarlo también. Os animo a que lo que os guste de verdad lo compréis. A mí este proyecto me ha gustado.
Más información:
En la foto está Anki Toner tocando la armónica entre el público y el que se ve con cara de éxtasis, es el archiconocido en Bilbao Álvaro Brutus, autor de un tributo a The Velvet Underground, con grupos de la tierra y grupos amigos de la música de los neoyorquinos.
ANKITONER METAMARS son:
Anki Toner: voz y ruidos
Javier Piñango: ruidos varios.

viernes, 14 de noviembre de 2008

HA MUERTO MITCH MITCHELL



MITCH MITCHELL HA MUERTO

Me he enterado esta mañana gris, fría y lluviosa que uno de los grandes, uno de mis ídolos de juventud y de lo que me resta de vida, ha muerto. Él se llamaba Mitch Mitchel, más conocido como baterista del primer gran trío, y más célebre de aquella época, llamado The Jimi Hendrix Experience.

Mitch era el único superviviente de la banda, que dicho sea de paso, era el que mejor se complementaba con el gran genio del trío: Jimi Hendrix. Ahora mismo estoy flipando con una de mis canciones favoritas –Spanish Castle Magic- del segundo disco de la banda: Axis-Bold As Love, grabado en 1967 a toda prisa tras el superéxito de la banda con su primer disco "Are You Experienced?"

Parece ser que ha muerto de causas naturales en una habitación de hotel en Portland (Oregon) - Estados Unidos. Ha cogido de sorpresa a todo el mundo, ya que estaba actuando en un festival que se llamaba “Experience Hendrix Tour”; y según los testimonios de los más allegados decían que se le veía más vital que nunca. Es lo de siempre, cuando más ganas tienes de hacer cosas, y más ilusión le pones a todo, siempre tiene que pasar algo jodidamente malo.

Mitch Mitchel ha participado entre otros proyectos, en aquel famoso “Rock And Roll Circus” que organizaron The Rolling Stones, y donde también estaba gente como Eric Clapton, John Lennon y Yoko Ono, con una banda que se llamaba The Dirty Mac. Por allí aparecieron los Jethro Tull, The Who…

Siempre me gustó su forma de tocar agresiva, pero a la vez delicada. Atrapando el caos de Jimi Hendrix en redobles imposibles. Mientras escucho Little Wing, esta canción tan hermosa, me despido de otro de los grandes. Ahora cierro los ojos y sigo soñando con aquellas estridencias sonoras de los sesenta, que comenzaron con el mago de la electricidad que logró domar lo más ansiado del ser humano: el poder del metal, de la espada del rey Arturo, y la magia imperturbable del rayo. Pero como decía aquella canción del grupo español Los Módulos –Todo tiene su fin-, y desgraciadamente eso es lo que hay. Descansa en paz amigo.

sábado, 8 de noviembre de 2008

JUKEBOX RACKET + THE CHERRY BOPPERS (07-11-2008)




JUKEBOX RACKET + THE CHERRY BOPPERS (Café Teatro 07-11-2008)

Cuando estabas en tu casa mirando la televisión, seguramente viendo algún programa de estos de bailar, ayudar al prójimo, o simplemente algún concurso en que lo único que te dan es algo material, dinero también te dan, pero después de gastarte mucho. Entonces caes en la cuenta de que hay otras formas de gastarse el dinero…

Yo me he gastado 10 euros por una entrada, y había un programa doble. Tocaban dos grupos: Jukebox Racket y The Cherry Boppers. Pueden parecer como el agua y el aceite, pero lejos de viejas rivalidades musicales, allí nos encontramos lo mejor de cada casa. Una gorra del medio oeste americano, de ésas de las vías de tren, unas greñas hasta media espalda, un tupé exquisitamente engominado, camisas planchaditas de todos los colores, calvas relucientes, porreros empedernidos, bebedores habituales, y poseedores de la verdad individual absoluta. Absolutamente todo lo genuinamente mejor de cada casa, estaba allí para adorar a los nuevos héroes de esa noche.

A los Jukebox Racket ya les había visto en Bailén en las anteriores fiestas de Bilbao, así que hay cosas que puedo decir; una de ellas es que la música no se hace, sino que fluye, otra cosa es que los Boggie Punkers han perdido un gran activo con Luis Punker. Tengo dudas acerca del éxito de este grupo recién creado a la sombra de Boggie Punkers, porque creo sinceramente que todo lo que había de auténtico en esa banda, se fue con el alma del grupo, el que daba sentido a todo este caos psychobilly; en cuanto a la parte musical, no tengo nada que decir, porque siguen en plena forma, Carlos Beltrán continúa emocionándome con sus eternos solos agresivos, Javi Caballero me sigue flipando con su forma de tocar la batería incesantemente, y Edu Uñas, qué puedo decir de él, nunca me cansaré de ver sus dedos difuminarse con las cuerdas del contrabajo. Pero tengo una duda: y esa duda es el cantante. El amigo Javi Zaitegui, canta bien, pero no le veo para este proyecto; me acuerdo del grupo “Dinamita pa los pollos”, donde sí que me emocionaba su forma de sentir el rock más intensamente.

Lo verdaderamente desastroso, vino con el sonido del concierto, bastante pobre y difuminado. Casi no se oía la batería, el bajo se intuía y las voces de vez en cuando parecían tener protagonismo. Pero el espectador es el que tenía el botón rojo bajo su dedo índice, y podía pulsar cuando quisiera la orden de expulsión del local. Pero claro, todos habíamos pagado una entrada barata, para el caché que allí se alojaba, prácticamente toda la escena bilbaína de rock and roll y funky-jazz. Por allí pasaron un montón de gente a la que conocía ya, y pude saludar.

Por suerte, allí estaban los Cherry Boppers para alegrarnos una noche brumosa y lluviosa bilbaína, para acercarnos los ritmos calientes de James Brown, las melodías locas de Herbie Hancock, y las ansias de cualquier blanco de poder tener esa semilla siempre fresca y verde de la música negra. El sonido en principio, igual que los anteriores, un sonido difuminado y sin brillo, que poco a poco fue arreglándose, no sé si gracias al buen hacer y ensayos constantes del grupo Cherry Boppers, o gracias al empeño obligado del hombre de la mesa de mezclas. Fue una actuación redonda la de estos bilbainos, con unas cuantas colaboraciones, de un saxofonista alto que me dejó flipadísimo… Qué decir de Igu Allnigter el invitado vocal de la gorrita y el traje colorado, pedía a voces y cánticos blueseros, que el grupo tiene que adoptar un vocalista. (si alguien me puede dejar una nota de cómo se llama el saxofonista al que se cayó el sombrero, se lo agradeceré; un fenómeno).

Hay una cosa, que me gustaría lanzar al aire a los miembros de una mesa de mezclas. No siempre tiene que haber un equilibrio entre todos los instrumentos en todos los tipos de música. En este caso, pido que haya una descompensación entre los sonidos agudos, como la guitarra y el hammond, y luego que brillen un poquito más sin llegar a saturar, el bajo, batería y vientos. No sé cómo lo hacían en los discos antiguos, pero aquí hay una prueba de que las cosas relativamente descompensadas, ganan con los años.

Mención especial, para la iluminación, las proyecciones visuales, gracias a las cuales hemos recreado lo que es un verdadero viaje al infierno de los funky-drummers and funky groovers; visualizaciones éstas, con pelis como “La Naranja Mecánica”, “Reservoir Dogs”, “Pulp Fiction”, y actuaciones de James Brown a saco. Además de alguna película de negros puros, de esos de cuero negro y mucha droga funky callejera. Vamos, en fin, que ha habido momentos en las proyecciones que han sido perfectas aliadas con la música que se estaba interpretando. Las imágenes en blanco y negro quemadas, tenían una fuerza increíble.

Pam Grier, Tarantino, Curtis Mayfield, Funkadelic, y una larga lista de nombres que podría exponer aquí están presentes con este nuevo parto en forma de disco que se llama “Play It Again”, un disco que ya tengo en las manos y compré en uno de los locales donde suelo ver a más de uno de los Cherry Boppers. Y sinceramente me ha parecido un discazo. Están en un momento espléndido, y sinceramente esta vez me lo he pasado de puta madre con un concierto de los Cherry, muy ensayado y trabajado todo; sé que esto es trabajo chicos, pero ahí estaremos apoyando como público y de la forma que sea.

Animo a otras bandas a grabar discos, que aunque no sean de tirada editada con todo lujo de detalles, se atrevan a hacerlo en sus propias casas con una mesa de mezclas, o a la antigua usanza, todos juntos y revueltos y conseguir un sonido divertido con el que poder disfrutar. Y sobre todo, hay que apadrinar bandas locales, es la mejor forma de que la música salga adelante.

domingo, 12 de octubre de 2008

MI HERMANA CORINA en Residence (11-10-2008)



MI HERMANA CORINA – Residence 11-10-2008

Esta gente de Mi Hermana Corina, tienen muchas cosas que decir y muy variopintas. La verdad es que la impresión que dan, es que cada uno viene de una madre musical. Estuve hablando con la voz cantante y compositor –Hugo-, y le dije mi opinión personal sobre lo que hacían, una música honesta, personal y muchas cosas más, que por su imperfección prefiero obviar. Pero éste es el verdadero encanto del grupo. Es un grupo de amateurs que suenan verdaderamente bien en directo, con sus estridencias sonoras, sin machacar el cerebro.

Os recomiendo el disco encarecidamente, que estoy escuchando ahora mismo. Sólo son 6 €, y tenéis en algo más de 30 minutos 10 joyitas de pop garagero, muy valiosas para mí. Desde luego, lo que más me gusta es la carátula del disco, que es un dibujo de una chica abusadora de excesos en forma de lacas y tintes, tijeras de peluquería, piercings en la oreja derecha, un tatuaje de una calavera, pitillo en boca, y un mechero metálico de gasolina, y la boca ensangrentada. ¿Será la hermana Corina? No lo sé, pero me ha llamado la atención la carátula, diseñada por Oriol Malet http://www.oriolmalet.com/ , y lo que dicen es que un producto se vende por fuera, y verdaderamente así es casi siempre.

Como ya he dicho, el grupo en directo, tiene sus imperfecciones, y no desisten en el empeño de agradar. Y ahora estoy escuchando el disco, y la verdad que me gusta mucho más. En directo, versiones como Led Zeppelin – Whole Lotta Love, Ilegales – Soy quien espía los juegos de los niños-, una versión de Moonage Dream de Bowie, y por último una salvaje versión de Helter Skelter, que suena bastante bien.

No se puede decir que suenen como tal o cual grupo. Lo importante es que tienen un sonido muy particular, y llegaron en el momento más creativo de Residence, cuando todavía tenemos muchos cables sueltos, y trastos fuera del trastero, las paredes y techos a medio decorar, y una cúpula por pintar como la capilla sixtina. Me alegra el saber, que todavía hay músicos que se atreven a darlo todo porque les gusta lo que hacen.

Mi Hermana Corina son: Asier Aldaiturriaga al bajo, Hugo Allende a la guitarra y voz, Mikel Belaustegui a la guitarra, el gran Fernando Lacabex (Rocco Lacatus) a la voz, Eduardo Mendiguren (Wito) a la batería y una colaboración de Inés Núñez cantando en dos temas. Grabado en los Estudios Tío Pete de Urduliz, y es una producción del año pasado. Me ha gustado el sonido bruto que tiene el disco, esas guitarras, pedaleras de efectos, sonido envolvente, y ese duende que no tienen todos los grupos. Soy amante de la espontaneidad, y para hacer buena música, tienes que saber hasta dónde puedes llegar, y sobre todo: TRANSMITIR. Como una conversación cualquiera, la música fluye, como cualquier otra energía, y si no hay comunión con el escuchante, se rompió el vínculo. Sólo pido una cosa muy sencilla: que no me aburran.

Sólo digo esto: apadrina músicos locales, te harás un favor personal, comprando música por sólo 6 €, harás un favor al músico que con todo su cariño ha grabado su arte para degustación ajena; lo digo por experiencia, ya que como cantante ocasional, me gusta agradar, y gustarme; y si no, no salgo. Salgo a divertirme, a divertir, y pasarnos un buen rato todos juntos. El arte se puede tener, se puede pretender, pero no se puede forzar. Todo surge espontáneamente. Sólo os pido una cosa chicos: seguid con ese buen rollete de colegas de barrio. Tenéis un estilo propio.
NOTA: la formación ha cambiado después de este disco, según me ha informado Hugo por correo amigo en myspace, y es la siguiente:
Asier Aldaiturriaga: bajo
Edu Mendiguren: batería
Hugo Allende: voz y guitarra
Roberto Quintela: guitarra
Con la colaboración especial de:Gari (ex-Hertzainak): teclados

lunes, 6 de octubre de 2008

EL CLUB DE LOS GOLPES



CÓMO CARGARSE UNA SILLA DE PLÁSTICO Y REÍRSE A LA VEZ

Es increíble lo que una silla puede dar de sí, el demonio está cerca. Las astillas de una silla de plástico incluso pueden seccionar unos cables de micro. El mal rollo se puede apoderar de ti, pero sólo la diosa fortuna es capaz de darte la inmensa alegría de que el único disgusto plausible sea un simple susto y un golpe en un codo. Recuerdos de antiguos golpes donde la espalda pierde su nombre, todavía me recuerdan que sigo estando vivo.

Pero esto no es ninguna crónica terrorífica de esas de Teletienda en que te venden miles de productos, ni tampoco es un concurso de la madrugada donde te hacen creer que vas a ganar dinero, e incluso tampoco es un sueño sadomasoquista. Es la puñetera realidad en un lugar que se llama La Hacería.

Allí estuvieron actuando dos grandes de la escena bilbaína, que son Catfish Louis y Washboard Johnny que me informó posteriormente de los estropicios que causé en los aposentos de tan anacrónico lugar. Marta Sánchez, sin los soldados del amor, pero con el soldado del canuto tieso, al lado, el cual preguntó a Marta algo sobre el nombre de su grupo –Marta Sánchez Trío-, si algo tenía que ver el nombre del grupo con alguna práctica sexual a tres, pero nada más lejos de la realidad, el osado preguntón se llevó una contestación acorde con la osadía de preguntar semejante estupidez.

Justo cuando me iba a ir de La Hacería, es cuando ocurrió el famoso incidente que ha quedado grabado en el subconsciente propio y ajeno; un golpe seco y un chasquido posterior en medio de la actuación de Catfish Louis and Washboard Johnny, rompió la paz y el buen rollo de la segunda semana de temporada 2008/2009 en La Hacería, es entonces cuando empecé a sentir un balanceo extraño en mi espalda que acabó con mis huesos por los suelos, consiguientes risas propias y ajenas, sonrojos, y casi aplastar a un pobre perrito de color blanco.

Todo esto para preparar mi huida hacia otro garito bilbaino sito en Plaza Indauchu; es el Graffit, donde actuaban Santiago Delgado and The Runnaway Lovers, que con puntualidad bilbaína, consiguieron empezar a la hora, nos ofrecieron un concierto con un sonido desastroso, contrastando con el gran ambiente creado, por la pinchada posterior de Juan de Pablos, que estaba como el niño que estrena mesa, moviendo el esqueleto, como un jovenzuelo enamorado por primera vez. Puso Los Brincos, y como no podía ser menos, puso Los Summers con “La chica de cada verano”.

El rosario de rockabillys, bluesmen diversos, mockers, punks, heavies y psicodelias varias, se dieron cita en las cavernas del vicio: Le Club, un club para poetas muertos, camioneros renegados, y degeneración pura y dura. Músicas poperas, rockeras y techno de los ochenta, llenaban las lenguas golosas de los viciosos de la música nocturna. Un lugar donde pasar la noche, llegue la mañana, hablar alto y no muy claro, y sentir que el flúor es esa sensación que se siente después de comer al lavarse los dientes.

La aventura acabó con un papel cuadriculado con un mapa improvisado indicando una dirección hacia el metro o bus de Lejona a las nueve de la mañana, prácticamente sin nadie en la calle y rogando orientación a los habitantes de este recóndito lugar.

jueves, 18 de septiembre de 2008

TOM WAITS - Closing Time (1973)



TOM WAITS – Closing Time (1973)

Un jovencito y recién salido del cascarón, figura en una portada con un fondo negro, una lámpara azul de salón de billar, un piano lleno de polvo, unas teclas manchadas de bourbon y un tapón depositado sobre la tapa del piano. Un tío que se llama Tom Waits, acaricia ese arpa encerrada dentro de un piano, que bien le convendría una afinación. Aunque en un sitio tan lleno de suciedad, cigarrillos apagados en un cenicero, un cigarrillo a medio apagar y una cerveza a punto de caerse en el hueco del piano, bien poco se puede hacer por el buen sonido.

Aún así, es éste el sonido que me gusta en algunos paisajes de este disco. Paisajes asolados por la soledad, canciones llenas de emotividad, de añoranza a unos cuantos nombres de chicas como Martha, Rosie, y también unas cuantas baladas con reminiscencias callejeras como Virginia Avenue. Canciones todas ellas más centradas en la moda del trobador callejero, montado encima de un sonido más amable y dulce. Una canción como “I Hope That I Don’t Fall In Love With You”, con arreglos de guitarra acústica, conforman una balada preciosa y llena de suavidad y dulzura, una canción que habla sobre una música que suena mientras te tomas unos tragos y te trae recuerdos de ella, una y otra vez.

Pero desde luego mi tema favorito del disco es “Lonely”, con el que puedo cerrar los ojos en la oscuridad, poderme echar todo lo largo que soy encima de mi sofá y clavarme en los riñones las durezas de ese sofá viejo, saborear cada nota desafinada de ese piano viejo y lleno de humedades. Más de una vez cuando la escucho me pone la piel de gallina, y tranquilamente podría llorar. Es un tema verdadero, bello e irrepetible. Es un mantra encerrado dentro de un lamento, y ese lamento clama al alma del que lo escucha y trasciende al gran sentido artístico. El que sabe no tiene necesidad de explicarlo con definiciones filosóficas, sólo tiene que dejarse llevar y disfrutar del suave vaivén de la membrana del altavoz y quizá alguna brisa complemente la sensación azotando la persiana.

En resumen, un disco lleno de emotividad y todavía no madurado por el afán de hacer más áspera la voz del maestro Tom Waits. Quizá Tom Waits sea el músico más prolífico en la reinvención del jazz, aportando abundantes elementos de autor y también elementos renovadores en la reciente historia de la música.

Quedaba un año para que yo naciera; era 1973 y Tom Waits había sacado su primer disco. Es un cantante que tardé en apreciar y entender. Pero dicen que el buen vino gana con los años. Lo mismo pasa con nuestros oídos; si los cuidamos bien en cuantos a ondas sonoras se refiere, podemos descubrir que hay muchos mundos por descubrir… No ha llovido nada desde entonces, y Waits ha llegado hasta nuestros días con un triple disco muy arriesgado: Orphans: Brawlers, Bawlers & Bastards con un montón de canciones, no todas ellas acertadas, pero es que el poderío de Tom Waits puede hasta con la mediocridad, y hace que una canción mediocre, se convierta en algo digno y diferente, acoplando sonidos bárbaros y distorsionados, conforma un sonido lleno de matices y rodeándose de lo mejor en músicos, hoy día se puede decir que Tom Waits es un genio absoluto, y es de esos cantantes con los que hay que guardar silencio cuando les escuchas.

Esperemos más sorpresas del genio Waits en los próximos años.

martes, 16 de septiembre de 2008

RICHARD WRIGHT HA MUERTO



Ayer ha muerto uno de los cerebros de Pink Floyd. Tras la pérdida hace algo más de un año de Syd Barrett, el varapalo de la muerte de este teclista me ha apenado bastante. La causa de su muerte ha sido un cáncer que ha minado su vida.

Es el artífice del sonido más sinfónico del grupo. El disco “Wish You Were Here”, dedicado a Syd Barrett está plagado de temas con extensos arreglos de órgano.

Temas propios como “See Saw”, “Paintbox” o la suite de Ummagumma – “Sysyphus” fueron lo más destacado de sus composiciones, además claro está con su participación en alguno de los temas de “The Dark Side Of The Moon”. Siempre fue el miembro tapado de Pink Floyd.
He pasado un montón de momentos buenos escuchando su música. Ya sólo quedan dos de los fundadores del grupo: Roger Waters y Nick Mason más el añadido después de la expulsión de Barrett del grupo, que era David Gilmour. Su participación en el sonido del grupo fue fundamental. Canciones como la suite del disco "Meddle" - "Echoes", serían imposibles de imaginar sin el sonido clásico de sus teclas.

Vaya desde aquí una plegaria a su alma, y darle las gracias por sus mágicas notas.

domingo, 31 de agosto de 2008

ANNABEL LEE


RADIO FUTURA – Annabel Lee

Una historia truculenta y de amor. Esta canción de Radio Futura basada en un poema del alcohólico escritor de sobra conocido por los más atormentados locos de la literatura. Ese personaje es Edgar Allan Poe.

Los maestros de ese grupo español, que es Radio Futura, compusieron música para este poema en forma de tragedia; en realidad una historia de amor profundo, tan profundo que habla en esencia, del amor eterno, más allá de la vida.

En la madurez de la carrera de este grupazo, sacaron un disco en 1987, para mí uno de los mejores, sin contar con el mítico “La Ley del Desierto, La Ley del Mar”, que contaba con canciones tan buenas como “Escuela de Calor”, “Hadaly” o “Semilla Negra”. Orientados ya en este disco a un sonido más funky, con influencias claramente latinas, dan un giro de timón a un disco mucho más perfecto, grabado en N.Y.C., o sea, New York City. Parece que los grupos españoles siempre han tenido problemas para buscar productores que den un sonido adecuado a sus expectativas.

Pues bien, este disco del que estamos hablando se titula “La Canción de Juan Perro”. Lo de Juan Perro, ya da pistas de que Santiago Auserón será carne de perrera en el futuro, y seguirá componiendo en aras de la poesía y las ciencias, como buen estudioso en la materia que es. Annabel Lee es la joya del disco, indiscutiblemente, aunque también tengamos “El Canto del Gallo”, que bueno, merece una escucha; ese sonido tórrido y lleno de sabores, con el que no paras de mover los pies y no puedo evitar que se me ponga la carne de gallina, con esas subidas y bajadas en la voz de Auserón.

Comienza con un piano electrónico, dándonos un aviso de que el tema, es crucial para el disco, siguiendo con unas guitarras acústicas bien sonorizadas y colocadas, unas guitarras eléctricas densas, y una batería y bajo equilibrados. Pero sin duda, lo mejor de la canción es la letra, perfectamente adaptada a lo sinuoso del tema. Modela de forma magistral la poesía Santiago Auserón, con esa voz suya tan personal.

El tema es candente siempre, eterno y precioso; eso que ya no se lleva que es el romanticismo; hoy día todo se hace por interés, a excepción de algunos artistas que mueren en el intento, e incluso utilizan su cuerpo para tener experiencias que les den la inspiración, en el caso de Edgar Allan Poe, era su fuerte, un alcohólico que en sus viajes de delirium tremens, relataba historias tétricas. Esos viajes astrales que relataba en sus cuentos son una buena prueba de ello.

Un amor adolescente, entregado y descarnado, es el punto principal del tema. En el poema mezcla partes de realidad, partes morbosas y partes místicas, hablando de ángeles, dioses. No está muy claro de lo que habla cuando pronuncia esta frase: “Por eso un viento partió de una oscura nube aquella noche, para helar el corazón de la hermosa Annabel Lee”. A mí por lo menos me viene la imagen de un relámpago bajando de una nube y matando a la bella Annabel Lee.

Y el amor es tal, que el protagonista masculino de la historia, se queda guardando la tumba de la bella adolescente, que aunque muerta, sigue comunicándose con los vivos después de enterrada. Y he aquí lo bello del tema; equipara el sentimiento del amor, que es tan profundo como la muerte. Son cosas que no comprendemos todavía; por eso nos dan una sensación de vértigo al pensarlas.

Me parece magistral la parte final de la canción, que dice así: “Nuestro amor era más fuerte que el amor de los mayores; que saben más, como dicen, de las cosas de la vida; y ni los ángeles del cielo, ni los demonios del mar; separarán jamás mi alma del alma de Annabel Lee”. Me recuerda mucho al Drácula de Coppola cuando dice Gary Oldman interpretando a Drácula y ve a Mina –HE CRUZADO OCÉANOS DE TIEMPO PARA VERTE-. Es más que una simple frase, implica un vínculo eterno.

Me da una sensación de intranquilidad existencial, cuando pienso que una persona se podría quedar eternamente al lado de un sepulcro, velando un muerto eternamente, viendo en el cielo, signos de la muerta amada. Me vienen unas heladoras sensaciones, cuando pienso que esto podría ser algo más que muerte simplemente, para convertirse en una ventana en el tiempo y encontrarse vida y muerte en este mundo.

El secreto está en el aire y en las dimensiones, y puede que estemos en mundos paralelos sin saberlo. Y encontrar esa puerta, es la muerte o puede que el nacimiento. Pero la muerte con el amor no es tal. Nos lo llevamos con nosotros al más allá, de eso estoy seguro; y creo que muchas decisiones las tomamos alentadas por personas que no vemos.

Ahí quede eso, y os insto a pensar en ello a la luz de una vela, acompañado de alguna bebida espirituosa.

http://www.libreriahispana.com/idiomas/eap_lee.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Allan_Poe

http://www.youtube.com/watch?v=NZEBCFgyqm8

jueves, 31 de julio de 2008

APANARRES FOREVER


FIESTA DE JORGE APANARRES EN ERANDIO 24-7-2008

Un techo y unas paredes untadas de cal, desde 1975 hasta hoy. Unos techos altos como antaño y unas vigas sosteniendo todo el entramado de masilla vieja, madera antigua, mesas de jugar a las cartas, y antiguos aromas a tugurio jamonero, choricero y queso viejo. Un lugar ideal para jugar al tute o al mus; un lugar perfecto para reunirse con los amigos a escuchar bilbainadas después de haber ingerido ingentes cantidades de vino cabezón.

Una foto con sus pioneros fundadores del local, por orden del gobernador civil, y también por la orden divina; también por orden del generalísimo por la gracia de dios. Unas escaleras antiguas de madera que llevan hasta un tercer piso, se pierden en la oscuridad de esa noche llena de jóvenes de hoy día, deseosos de pasárselo bien y hacer alguna que otra gamberrada ayudados por la cerveza blanca o de trigo, e ingentes cantidades de vino Paternina.

Una mesa llena de aperitivos de todo tipo, tales como salami, jamón serrano del bueno, de ese rojo y con la grasa blanca, queso de agujeros azul, unos biscotes pequeños albergando trozos de filetes de salmón con unas hierbitas aromáticas por encima… Y las empanadas psicodélicas.

Todo esto para describir la noche del cumpleaños más gamberro y a la vez ordenado que he conocido. La electricidad de 125 voltios todavía, para no tener que pagar mucha luz en estos tiempos de crisis. Para hacer funcionar cualquier artilugio del año 2008, haría falta un transformador de 125 a 220 voltios, de esos que utilizaba yo en el año 1988 en mi antigua casa. El choco tiene de todo. Tiene huecos para dar cabida al buen vino. Y el servicio da cabida a una araña que sube hasta el techo.

Y todavía os preguntaréis qué tiene esto que ver con una de mis crónicas musicales, pues muy fácil: el choco está en Erandio, se llama “Txoko Bekoa”, y está ubicado en la parte vieja del pueblo de los de aupa. Un buen lugar para conversar, un buen lugar para beber, un buen lugar para contar chismes, un buen lugar para conocer los más básicos instintos humanos cuando tienen tiempo libre. Y ESCUCHAR MÚSICA…

Sólo hace falta tener en un bolsillo un ipod, un mp3, un mp4, o todo lo que tenga una salida de audio para conectar a una fuente de sonido tal como un par de altavoces de ordenador con alimentación propia. Ya está montado el sarao, y nos disponemos a escuchar los éxitos habituales de una cuadrilla de hippies, unos con pelo, otros sin él, otros con pinta de mod y otros simplemente con la sonrisa puesta.

Hubo alguno que vio por el descansillo del portal a un perro blanco volando; bueno, yo estoy seguro de que noté algo especial, pero no tenía nada que ver con el perro blanco ni con el conejo blanco de Jefferson Airplane, más bien tenía que ver con la cajita de puritos de marihuana-fútbol que venden en los bares.

Los regalos que adquirió el homenajeado fueron de lo más originales, sobre todo uno. El primero fue el disco con edición numerada del grupo Eten –vinilo claro-, y el segundo una edición especial –en vinilo claro…- del disco de The Rolling Stones “Their Satanic Majestic Request”; una edición preciosa, todo hay que decirlo…

Pero lo mejor vino después, cuando el homenajeado nos homenajeó a todos con unos regalos de lo más absurdo y pintoresco. Y cuando miréis la fotografía ya comprenderéis por qué. El concurso consistía en meter 12 papeletas que correspondían a 12 regalos entre los cuales están los 3 arriba expuestos; a mí me tocaron los mejores, aunque lo mejor está en la decoración del doble vinilo, ¡anunciado en televisión! Todo el esperpento se dio cita a eso de las 6 de la mañana, cuando se sacó ese puré de guacamole, y acabamos con todo rastro de él, doritos incluidos.

El mejor regalo que me han hecho, o al menos el más original, es este vinilo doble de Nana Mouskouri, anunciado en televisión y pintarrajeado, que si antes podía tener el valor de coleccionista de 2 €, ahora tendría un valor de 0,50€, tras ser atacado por una banda de hippies sin escrúpulos. Apunto también que yo soy el hippie sin pelo, que no tiene plato para pincharlo, y tengo dos cosas en común con los otros hippies, no tengo escrúpulos con nanas para dormir y tengo sentido del humor. La verdad es que me tiré por los suelos con esa firma que ponía: mmmm Rober…

viernes, 18 de julio de 2008

CON PIE EN EL BLUES 18-7-2008 EN EL PUB BLUE NOTE DE BARACALDO


UN PIE EN EL BLUES 18-7-2008 pub Blue Note

Cuando una voz rota desgarra su blues, pasa esto, cuando vas a ver un concierto después de comerte una ensalada llena de bonito, anchoas y lechuga rebosante de salsa, puede pasar esto: que cuando apretas demasiado los puños para cortar las hojas de lechuga, y ves que hay una salsa negra adornando el plato tienes la necesidad de comer, pero no quieres mancharte, y si no te pones una servilleta, pues te manchas... Con el blues esto no puede pasar, siempre te manchas de blues lleno de sabor, blues, sal, vinagre, una voz rota que desgarra su blues… Entonces llegamos a un local que se llama Blue Note, donde las notas se convierten en sensuales, que te hacen sentir cómo esas notas se convierten en una mano invisible que desgarran tus pellejos y te acarician de tal manera que esa voz rota que desgarra el blues, desgarran tus carnes y te convierten en un caníbal vegetariano. Tienes esta certeza: te manchas de blues, te manchas de humanidad, te manchas de buen rollo.

Pero como el tío del famoso detergente no está, no se puede limpiar la mancha y queda hasta el día siguiente por lo menos; hasta que te das cuenta de que tienes un montón de discos de blues, todos en inglés, pero de vez en cuando tienes la oportunidad de escuchar alguno en español. Y coño, ves que hay gente que se atreve a contar que hay otras formas de ver la música, la realidad; otras formas de tomar cerveza haciendo promoción de ella, claro está, porque si no, no comes; tiene que patrocinarte alguien. Y esto también forma parte del blues. El coñazo de la vida, si no tienes padrino no vas a ninguna parte. Y si no tienes patrocinador tampoco. Pero aquí está la gracia y el meollo de la cuestión: el arte no paga los zapatos de cocodrilo, ni las maletas llenas de armónicas, ni una furgoneta llena de guitarras y amplificadores. Pero hay una cosa que llena nuestros corazones: ése es el blues.

Baste esta introducción para presentaros un grupo a la antigua usanza. Se intuyen unas melenas añorando aquellos tiempos en los que Leño daban sabor a la gente en los locales de ensayo. AC/DC hacían el trabajo de electricidad, The Doors hacían la revolución en la puerta de atrás con “Back Door Man”, y The Blues Brothers hacían pedagogía del blues.

Como suele pasar en estos casos, hay dos amigos que tienen una afición común: en este caso es el blues. Tontxu y Carlos, Carlos y Tontxu, son aliados en esa causa perdida en la península, a no ser patrocinado por una famosa marca de cerveza de color esperanza. Un día se juntan en un viejo pub cerrado, de cuyo nombre no tengo acceso, ni tampoco tengo la llave, pero sí que he recogido la guindilla del blues legado en las notas de sus guitarras; las cosas no se ven igual día tras día, si no tienes una guitarra sonando en las orejas, si no tienes un jefe tocándote las pelotas, o si no tienes un mosquito bufándote en la oreja como yo lo tengo ahora. Seguramente me habrá picado ya, pero como me he calzado las botas del blues, los guantes de picar carne, las tijeras de podar greñas de decrépitos viejos acabados sin alma ni juventud: por todo esto puedo hablar con propiedad, puedo decir las palabras precisas y exactas, porque el alma del verdadero bluesman me ha llegado hasta el tuétano.

Sus gustos van más allá que el propio blues, la historia del rock and roll está llena de figuras a las que hacer un homenaje, y para eso se prestan gente como Creedence Clearwater Revival, Ray Charles, Bob Dylan, The Blues Brothers, Los Rodríguez, y hasta los mismísimos Fito y Fitipaldis.

Como ya he dicho antes, he tenido el gusto de descubrir un nuevo local que no conocía, gracias a la ausencia de otros hosteleros de la capital, así que había que ir a los extrarradios a vivir nuevas emociones. Me había quedado en los dos fundadores del grupo, pero todavía queda la sección rítmica, que con esa pasión de la que habla el propio disco que compré, y su canción con el mismo nombre, no han hecho de mí un hombre nuevo, pero sí que han hecho de mi noche un habitáculo donde tenga ganas de descubrir más grupos de viejos tan jóvenes como éstos. Ojalá todos los “jóvenes de edad”, tenga tantas de ganas de agradar como estos currelas del blues. Víctor uno de ellos, que con su afán de fijarse en los demás ha conseguido integrarse en los cimientos de ese blues primitivo tocando el bajo de forma constante y sin perder detalle de lo que hacen sus compañeros. O mismamente, un tal Iñigo, que con esa sonrisa permanente es el típico colega cómplice que todos los grupos quieren tener al frente del andamio principal, el ritmo. Con todo esto, acabamos con el melenudo y simpático armonicista que forma un equipo único con Carlos, con el que tiene mucha complicidad. Él se llama Lalo, que con su colección de armónicas que pocas veces he visto, parece una persona más en el público, ya que rodea el escenario constantemente y acompaña las consumiciones con esos guiños y sonrisas cómplices, a sus compañeros, al público, a una cámara de vídeo que aparezca por ahí, o mismamente a cualquier chica guapa que esté viendo el bolo.

Sólo digo una cosa, que con un pie en el blues, no se puede estar con pantuflas pisando un pedal de distorsión, porque se pueden prender fuego. Tampoco se puede estar con unas zapatillas del mercadillo baratas. Hay que calzarse el mejor zapato caro y estrafalario para poder patear con gusto un pedal de efectos, y poder lucirlos con orgullo para que no puedan decirte que no tienes estilo.

El camión de estos músicos no tendrá muchos caballos, pero sí tiene un montón de años llenos de sufrimientos, alegrías y vivencias de todo tipo, como cualquier ser humano. Así que nos quedamos pisando ese pedal invisible que tenemos que pisar día a día, y ya llegará el día en que tengamos que levantar ese pie del pedal para no tener que atropellar a los inocentes. De momento, me quedo con el blues.

Ya me he puesto mi camiseta, que me costó sudor y alguna pequeña pelea como en las rebajas de enero. Y ahora escucho el directo que he comprado en disco compacto, con edición casera. Y puedo decir una cosa: gracias por el blues, todos los días lo llevaré encima.

http://www.galder.biz/blues/
http://www.myspace.com/pubbluenote

sábado, 12 de julio de 2008

BLUE BAYOU en el Dorian (Santuchu) 11-7-2008




Se suponía que tenía que dar el concierto Catfish Louis, pero al final no pudo ser por un problema en su brazo, un bulto que han tenido que sajarle. No me costó encontrar el sitio donde un dúo que se llamaba Blue Bayou dieron un concierto de esos que hacen época. Un bolo redondo difícil de superar, gracias también a participaciones tan dispares como el serruchista amateur Juanjo y también artífice de recitales con todo tipo de instrumentos raros que ayer no llevó, el armonicista Carlos que ya he visto en alguna jam, y la colaboración pintoresca también del dueño del Dorian –Roberto-, que tocaba una pandereta primero y luego unos bongos, con una felicidad que contagiaba a los demás.

Según entré por la puerta del Dorian ayer, no sé por qué me daba que viendo a Izar y a su compañero Ernesto, iba a ver un estupendo concierto lleno de versiones de gente como Bruce Springsteen con el “Togher Than The Rest”, “Don’t Think Twice It’s Alrigt” de Dylan, y alguna que otra joya de la fallecida Eva Cassidy.

El concierto empezó con temas lentos, pero poco a poco fue amenizándose con litros de cerveza Paulaner Salvator, y ahí al lado tenía a Juanjo con la funda en la que llevaba dos artilugios, uno, el ya famoso serrucho con su correspondiente arco de violín, que ayer por cierto se salió, dejó una impronta en los temas que participó como nunca le he visto, y el otro instrumento un banjo fabricado con una caja de puros y tiene hasta entrada de jack. Y un poco más adelante estaba el genio de la armónica que dio un recital de lo que es sentir el blues soplando para fuera y para dentro desde su mesa, acompañado de sus amigos que le jaleaban y le animaban a tocar. Tenía una importante colección de armónicas, cada una de ellas para cada tono. Hasta que llegó a participar con el grupo, donde sencillamente se salió.

Pero lo verdaderamente especial de la noche fue ese descubrimiento continuo que tengo el placer de disfrutar de esta Emilou Harris de Vizcaya. Canta con un gusto y un amor que me estremece; no es sólo el chorro de voz que tiene, que es portentoso, sino también su forma de rasguear las cuerdas de su guitarra acústica. Ernesto su compañero, cuando tuvo que aparecer lo hizo con brillantez, con unos solos muy sentidos, y se ve que se entienden a las mil maravillas. Es difícil encontrar a alguien con el que sentirse a gusto, y lo digo por experiencia, tan solo una sola mirada bastaba para saber lo que venía a continuación.

En cuanto al garito me gusta mucho, tiene unas dimensiones parecidas al Residence, y creo que ya tenemos otro garito alternativo donde poder tomarse una cerveza en compañía de amigos. Una vez que ha cerrado ya esta temporada el Residence hasta el 31 de agosto, hacía falta un garito de música en directo, por lo menos hasta el fin de este mes, y para los que nos quedamos en vacaciones estivales encerrados en Bilbao, es un alivio poder tener un sitio donde ir a ver música en directo.

El local se llama Dorian, como el “Retrato de Dorian Gray”; está decorado como la típica taberna irlandesa, con un retrato del propio dueño, me imagino que con su mujer, donde hay una foto en blanco y negro difuminada que pone “Imagine”, y los servicios, es de lo más original que he visto, porque en las puertas hay dos niños, y no se sabe su sexo, así que son unos servicios neutros; y hasta que no entras en uno de ellos y no ves a Elvis, no sabes cuál es el de tíos…

Y rematando el bolo, quisiera resaltar que la mejor versión, más vital, más brillante que he visto en mi vida de “That’s Alright Mama”, la escuché ayer con esa voz potente y angelical, que tiene como nombre IZAR.

domingo, 29 de junio de 2008

DON SIMÓN Y GARRAFUNKEL - DE PELÍCULA DE TERROR ESPAÑOL




DON SIMÓN Y GARRAFUNKEL

Bien podría ser una película de Woody Allen, una película de Robert Altman, pero más divertida era la realidad que “El Juego de Hollywood”. Podría ser un cuadro de Goya mal colgado en una pared, o podría ser un reflejo en un espejo de un cuadro de Velázquez. Pero el caso es que me encontré al lado de una cocina comiendo una excelente ensalada con los espárragos más gordos que he visto nunca y un bacalao a la vizcaína excelente, preparado por un actor de la película “El Restaurante Alberdi”. Allí estaba plácidamente sentado mirando un mantel blanco y una pantalla con unas luces psicodélicas mientras sonaba “Gloria” con Jim Morrison aullando a los cuatro vientos las virtudes de una meretriz subiendo por unas escaleras, y deletreando su nombre. Sólo faltaba la luz de una vela, pero ya estaba Jim diciendo “come on baby light my fire…”

En esto que llega el momento del descanso en la película y las actrices secundarias llegan y se sientan en una mesa, después de haber estado visitando la ciudad y dar con la entrada del cine Alberdi. El galante camarero les pregunta qué va a ser: pues muy bien, tenemos la especialidad de la casa que es ¡bacalao, bacalao, bacalao! Y por favor pónganos una ensalada de esas que tienen tropezones abundantes de forma fálica. El camarero dice: quiere decir esos espárragos navarros… Sí, sí, esos espárragos enormes dicen las clientas.

El capítulo uno de interiores ha acabado y ahora queda por estudiar los exteriores y explorar las posibilidades que puede dar el escenario de cartón piedra, las luces de neón azules como si de dos columnas enormes se tratara, se erigían guardando la entrada de un local donde había infinidad de recovecos y un montón de puros “cohiba” expuestos tras la barra, esperando ser fumados por algún goloso cliente...

Una vez tiradas las credenciales al suelo y habiendo posado la cena, volvemos a la asombrosa realidad de actores de carne y hueso. Antes del duelo más atípico en 24 años, un Alemania-España conforma la final futbolística de la Eurocopa 2008, y todo el mundo por la calle pregunta por lo mismo: ¿dónde vas a ver el partido? Después de haber estado en esa antigua fábrica de puros, nos dirigimos al famoso templo del placer de beber en copa grande y elegante. Algunos se quedaban asombrados ante tanta grandeza; un tubo de ensayo se llenó de 2 litros de cerveza, y dos personajes en el bar competían por ver quién derramaba menos cerveza en su panza. Uno ganó una corbata húmeda, y otro ganó una trompeta de Jericó por lo bien que sopló… A continuación entraron en el juego los rockers y sus tupés apretados por tanta gomina. Nos contemplaba José Luis López Vázquez encima de una tetilla sonriendo de forma maligna e invitándonos a ir a Francia por las suecas. Otro personal del bar estuvo una noche entera cortando matojos para hacerse una ensalada de cogollos.

El protagonista de la película cogió sus credenciales del suelo y volvió a llevarlas a buen puerto, comenzando a cantar canciones absurdas de Siniestro sobre la revolución rusa y gobernantes pintorescos de la antigua Unión Soviética como Yuri Andropov, haciendo apología de la reconquista con “Ayatolah no me toques la pirola”; e incluso, llegó a entonar ¿qué harías tú en un ataque preventivo de U.R.S.S.? Pues yo lo tengo muy claro, ¡no sé!

Ya no se cenó más en la casa donde había todo tipo de artículos vintage, como un reloj que parecía antiguo que iba a pilas, un perro de peluche enmohecido en el suelo y unos cuantos vinilos mal colocados en un sofá, unos con el disco dentro y otros con el disco fuera, un sombrero estampado en fuego iluminaba la noche, en la cocina había una aceitera enorme, y en el centro del salón había un retrato que presidía toda la casa y que te perseguía con la mirada, era la madre de Igor el terrible. En el segundo acto de la película, comenzaron a entrar en acción los extras, alguno dejó de recolectar cogollos para poder respirar el aire, otro empezó a rockandrolear, el emperador de la casa cogió el piano y tocó hasta hartarse canciones de salón baratas, e imitar a Little Richard, Chuck Berry y Jerry Lee Lewis, hay un tío de gafas metálicas que detrás del sofá ve todo con una timidez típica del genio y otro rubio personaje que con ojos de Curt Cobain escruta melodías heavies en el entorno, un alto personaje se encorva para tocar una armónica de blues y tocar una excelente versión de Moon River. Las botellas de ginebra, vermú y ron, estaban peligrosamente junto a las botellas de mistol y fairy. Esto es lo que podría llamarse la casa del drácula yeyé. La guitarra Gretsch del padre Igor, se desafinaba sola y no había dios que afinase esa guitarra, al igual que la guitarra española que sonaba a mil demonios flamencos. Y al final, para que no se enfriase se tapó a la pobre con una manta hasta el día siguiente que tendría que trabajar en algún local de ensayo.

Lo único que quedó claro es que no es lo mismo Simón y Garfunkel que Don Simón y Garrafunkel, así como no es lo mismo un forro polar que un porro folar, y puede que tampoco sea lo mismo el onduline bajo teja que listerine bajo teja.

Lo único que quedó claro esa noche de yardas y millas en tubas de vídrio, era que había que comerse una hamburguesa vegetal con jamón y gambas crudas.

martes, 24 de junio de 2008

DAVID BOWIE - BE MY WIFE


DAVID BOWIE –LOW- TEMAZO: BE MY WIFE

Puede ser que el disco “Low” sea uno de los discos más duros de escuchar de David Bowie, aunque algunos opinan que toda la discografía, incluida la más comercial, es imposible de soportar por su densidad y aspereza. Bowie ha tenido varias etapas musicales, cada cual más dispar, cambiante, chocante y sorprendente. Cualquier adjetivo se queda corto para describir a este mago del pentagrama; viajando entre el clasicismo, el modernismo, los excesos, las colaboraciones musicales con otros músicos, la participación en producciones de discos como el caso de Iggy Pop, al que robó una canción –China Girl-, esto es discutible… Creo que Bowie la mejoró, son los arreglos los que cambian la canción… Todo tipo de apariciones en películas, la más conocida sin duda es “Dentro del Laberinto” con una jovencísima Jennifer Connely, un yogurcito para comérselo con azúcar, con sacarina, o con dulce de membrillo. Participación también reseñable en una película de Tony Scott, llamada “El Ansia”, una película insana con música de Bauhaus al principio, con un reparto de lujo: David Bowie, Catherine Deneuve y Susan Sarandon, que mantienen en la película una intensa relación lésbica, de las mejores que he visto en la historia del cine, donde se unen sexo y vampirismo.

LA CANCIÓN: BE MY WIFE

He hecho este inciso para adentrarnos en los más ocultos deseos cinematográficos y musicales de Bowie, y sus preferencias bastante raras, que a mi entender muy acertadas; siempre disfruto escuchando un disco de Bowie, sea de 1969, sea de 1973, sea de 1977, sea de 1980, o sea de la década de los 90. Siempre tiene ese sonido elegante, irreverente, y ese talante entre perdedor y ganador; precisamente la canción de la que voy a hablar es de una persona que se siente muy segura de sí misma, pero sin embargo no para de ir de un lado a otro, probando cosas en un país, cogiendo un vuelo, tomando un preparado y volviendo a coger un tren de ida pero no de vuelta, y nunca adaptarse al jet-lag, pero sin embargo es un hombre con valor que se hace apreciar ante otra persona como él, que le está esperando, a él, un apuesto caballero, vestido como un dandy, bebiendo en vaso fino, y fumando el mejor tabaco del mundo.

En cuanto al tema musical, es excesivo también; donde anda metiendo las falanges Brian Eno, es sinónimo de exclusividad y novedad. Aunque esté producido por Tony Visconti y David Bowie, la mano de Brian Eno, se nota en cualquier disco en el que interviene, lo produzca o no, su manera de tratar los sintetizadores, esa sensación de envolver toda la música con esa delicadeza bruta.

La canción “Be My Wife”, empieza con un piano de bar barato tocado con mucho ímpetu, y comienza a cantar estas estrofas llenas de significación poética a martillazos: Sometimes you get so lonely, sometimes you get nowhere, I’ve lived all over the World, I’ve left every place… Please be mine, share my life, stay with me, be my wife. Es toda una forma directa de pedir matrimonio, en el sentido más sarcástico, el sentido que le quiere dar, no es con la propia frase, es la entonación la que le da una connotación irreal y fría. El hombre de hoy día se parece a este ser que plantea en la canción Bowie. Toda esta breve parrafada, repetida dos veces está acompañada por una manta de guitarras, que unidas por una cuerda gorda, fabrican un túnel de sonido eléctrico muy divertido para el que esté acostumbrado al sonido denso y electrónico –no sólo es el amigo Bowie el que nos tortura de pensar qué nos está metiendo por los sesos, sino que tenemos otros dos guitarristas que son maestros de este nuevo sonido, saliendo del rock sinfónico o dinosáurico, nos encontramos en un cruce de caminos en el tiempo, es 1977, plena explosión punk, y músicos como éstos, con el propio Bowie al frente cambian la forma de ver la música electrónica aplicada al rock, la música punk aplicada a la música electrónica, o el rock sinfónico aplicado al rock y al punk. Carlos Alomar, Ricky Gardener a las guitarras, George Murray al bajo y Roy Young en el piano y farfisa, incluso está por ahí Iggy Pop haciendo coros, de ahí esa prestación de servicios mutua que comentaba al principio, es una simbiosis musical y David Bowie sabe aprovechar las virtudes de todo el que colabore con él-.

De todo esto, extraemos un análisis selecto del disco; tiene una parte más o menos comercial, y otra parte que no la puede aguantar el fan reciente de David Bowie, y si no es así, va a ser el típico megalómano musical que le encanta torturarse con sonidos asesinos.

Mis canciones favoritas en este disco, además de la citada, son “Speed Of Life”, un instrumental que da entrada al elepé, “Sound and Vision”, uno de los singles, la pesadilla sonora encarnada en “Always Crashing in the Same Car”, y el tema número 7 “A New Career In New Town”, que es una delicatessen. En fin, un disco accidentado y clásico, es odiado y querido a la vez por su choque de conceptos. Iniciando su andadura cambiante en estos convulsos años, relanzó su sonido a un aspecto más futurista, incluyendo su aspecto físico y forma de vestir con el larga duración “Station To Station”. Perfeccionando su visión futurista de la música, abriendo puertas de sonido, está el gran disco “Heroes”, que difícil también de oír, contiene una gran joya heroica que muchos conocen, incluidos desgraciadamente los fans de algún cantante de música para jovencitas actual, que dudo mucho sepan la verdadera connotación del tema. Culminando la aventura experimentadora, llegamos al disco “Lodger”, una joya de principio a fin, muy recomendable para descubridores de irrealidades y sonidos espaciosos. La carátula del disco puede ser premonitoria, porque sale Bowie estampado en una superficie transparente tras haber caído a plomo y caer en el más profundo foso en su vida y en su carrera musical.

David Bowie: cantante, músico y compositor, personaje de moda e innovación, descubridor y explotador de talentos y visionario como pocos.

viernes, 13 de junio de 2008

GACELA THOMPSON 13-6-2008 FUE EL DÍA "D" A LA HORA "H"


GACELA THOMPSON EN RESIDENCE 13-6-2008

No sé si muchas veces estar en silencio sirve para algo, pero los estallidos de mi consciencia siguen martilleando mi cabeza. El sonido gordo, sordo o sórdido, creo que me gusta pero no estoy tan seguro cuando escucho Chris Isaak, creo que el sufrimiento es lo que le llevaba a escribir canciones como Wiked Game. La vida es así de cabrona en muchos sentidos y muchas veces la cagamos sin darnos cuenta y la arrogancia nos asusta por su perseverancia a través de los días; pero es que más de una vez me he preguntado por qué voy a ver música en directo. Y hay veces que encuentro la respuesta. Pero llego a casa y me encuentro que lo que suena en mi magnetofón no es lo mismo que he escuchado en directo y viceversa.

Lo que he escuchado en el Residence ayer día 13 de junio de 2008, sublima la existencia de cualquier músico, sobre todo después de haber estado vagando desde las 7 de la tarde tomando cafés y tomando cervezas y fumando cigarros hasta las tantas. La camaradería existe, pero la sensación de soledad se apodera de mí a veces, y necesito escribir lo que siento en esos momentos, por muy ridículos que puedan parecer a los demás, pero Dios sabe que lo que hago, lo hago con la mejor intención del mundo, y si alguna vez he herido a alguien ha sido sin la intención de hacerlo.

Bueno, todo esto, creo que no viene a cuento, pero pensaba que podía servir para expresar todo el sentimiento de este grupazo que he visto en directo. Las guitarras, una de Carlos Beltrán, ésta rítmica, y Yavé, con el que pude hablar después del conciertazo que nos ofrecieron en ese templo del delirio musical y la expresión del sentimiento profundo que con esos guitarrazos al final de cada canción o al final de esa estrofa mágica, que magistralmente cantada por esa frágil voz que tanto transmite cuando todos estamos esperando a que algo nos despierte de nuestro letargo. Ese violín al principio haciendo una nota cortante abría las carnes y el corazón a más de uno, sonido más que suficiente como para que desde el principio el depredador no llegara a capturar a la Gacela Thompson…

Pero todo era en vano, porque esa sensación de desasosiego existencial y poesía se hace tan fuerte que no podemos ni emitir un sonido, ni tampoco dar una calada al cigarro, ni tampoco dar una bocanada de aire sin tener miedo a perder un detalle de todo lo que estamos oyendo, porque es tan bello que las mismas lágrimas nos impiden incluso respirar, cayéndonos en las aletas de la nariz. Si alguien nos pide fuego, durante unos segundos estamos pensando sobre lo que nos han preguntado, porque nos ha atrapado la Gacela Thompson con su trotar elegante, para huir de la gran industria discográfica. Ese gran monstruo que engulle todo sin preocuparse en lo que engulle. Pero este proyecto, desde 2000, cuando oía esos programas de radio locales, cuando sonaba ese nombre, de herbívoro veloz en las ondas y podías ir a verlos si te apetecía. Contradicciones de la vida, he tenido que coincidir en este humilde local bilbaino para descubrir a esta pequeña maravilla llamada Gacela Thompson, que gentilmente nos ha hecho sentir por algo más de una hora que la elegancia no está reñida con el murmullo eléctrico de todos los electrodomésticos y baterías de coche de la calle. Su propuesta es delicada y envolvente y por más que me instiguen a ver cualquier espectáculo barato promocionado por un medio masivo, me resisto y voy a ver a estos pequeños grupos que hacen que nuestra vida sea un poco más llevadera.

Viva la amistad, viva la música, viva el vino y las mujeres, viva la noche, viva el amor, vivan esos momentos con Nina Simone en un bar, vivan esos momentos malditos viendo una película de Terry Gilliam, y viva ese cigarro en la ventana expeliendo el último aliento de humo en mi ventana de color blanco. Justo todo esto, aunque pueda parecer contradictorio, es lo que representa la música de gente como ésta. No prentenden nada, simplemente hacer pasar un buen rato y hacer pasar las penurias de la clase predominante y la que se queja todos los días sin tener respuestas convincentes, que va a ver estos rapsodas del día a día. En una palabra: HUMANIDAD.

Al acabar este escrito he empezado a escuchar la penúltima canción de este disco de Chris Isaak – “Lie To Me”, que acompañado de una guitarra pesada, un saxofón melancólico, una batería pesada y un lamento musical que alcanza esa luz reflejada en ese cristal de mi ventana, que no es nada más que un flexo con una bombilla baja en watios, con ese tono melocotón, y vuelvo a desear que todo vuelva a ser igual, cuando ese momento mágico de un concierto de un grupo cualquiera, esperando gustar a un público cualquiera, pueda hacerme sentir esa sensación de cuando un minuto de felicidad, se multiplica por 69 en una hora.

martes, 3 de junio de 2008

BO DIDLEY HA MUERTO A LOS 79 AÑOS


BO DIDLEY: EL HOMBRE DE LAS GUITARRAS CUADRADAS HA MUERTO

Ayer escuché en Radio 3 que este hombre llamado Bo Didley, se fue para el otro mundo a los 79 años sufriendo un ataque al corazón, con la frustración de no haber sido nunca reconocido. La verdad es que razón no le faltaba; nombres como Little Richard, Chuck Berry, B.B.King, Jimi Hendrix, Eric Clapton y muchos más, han brillado por su glamour indiscutible. Pero aquí tenemos un ejemplo de que el sonido original de una guitarra, unos timbales potentes, unas congas y unas chicas diciéndole –Hey Bo Didley!, valen mucho más que cualquier producción millonaria de una multinacional fabrica-salchichas-longanizas-musicales-enlatadas-en-un-disco-redondo-y-no-te-salgas-de-las-11-canciones-de-dos-minutos-.

Canciones como “I’m A Man”, muy parecida a la famosa “Hoochie Coochie Man” o “Manish Boy”; hay una infinidad de versiones de este blues imperecedero… “I Can Tell”, que sospechosamente en la parte del bajo, se me parece a una canción de Them llamada “Little Girl”. Pero el blues son un par de cambios y un montón de sufrimientos, un montón de pañuelos de lágrimas y una superación espiritual ante la adversidad. Ahora mismo estoy escuchando “Who Do You Love”, que es una completa maravilla también. Otra versión famosa, es la que hicieron The Doors en su directo “Absolutely Live”, con una gran sección rítmica, y un halo de misterio superior a mi juicio a la original. Pero la original tiene ese algo inmediato y que acaba de salir de la calle hirviente.

¿Qué podríamos decir de The Rolling Stones y su primer disco sin su canción “Mona”, además de otros hitos del blues de otros autores? Me quedo con toda una colección de canciones pasando por “You Can’t Judge A Book By The Cover”, “Road Runner”, “Pretty Thing”…

Toda una lección de originalidad, saber sonar potente y caliente en una época en la que Elvis despuntaba, y dando pistas a las generaciones futuras sobre lo que hay que hacer para tocar buena música. Ese es Bo Didley, así que todos diremos a la vez cantando al aire: Hey Bo Didley!

domingo, 1 de junio de 2008

THE SONICS EN SANTANA 27


THE SONICS (31 DE MAYO DE 2008)

Era mi última noche de vacaciones ayer día 31 de mayo de 2008. Y llegué a casa tras litros y litros de agua cayendo sin parar en toda la noche. Tengo unos dolores de la humedad del ambiente, centrados en mis rodillas; esto va a ser la edad que me afecta ya y claro, los problemas de salud no son lo mismo a mis taitantos… Pero no queréis que os hable de mí. Lo que me lleva a escribir hoy, además de mis dedos doloridos y poco ágiles a estas alturas de la mañana y escuchando una canción de Curtis Mayfield denominada “Superfly”, es un grupito por el que pagué 28 € de entrada en un local que está en el quinto coño, donde si te pilla un chaparrón te vas a calar de verdad hasta llegar al Metro de Bolueta; el lugar en cuestión se llama “Sala Santana 27”, un antiguo local industrial, que a diferencia de la Sala El Mono, lo único que tiene de similar es que son locales industriales bastante apartados. Pero en la Sala Santana ocurre una cosa: las paredes no están impregnadas de ese ambiente sucio del rock and roll.

Ese grupo en cuestión que se llamaba The Sonics, tuvo varios momentos críticos en el estricto sentido de la palabra. Crítico porque es un grupo de los 60 tocando con sonido de ahora, sonorizados con los medios de hoy y ni siquiera se dignaron a sonar aproximadamente como ese sonido garagero que les hizo famosos en sus salvajes días. Unos cuantos pedos en la sonorización al principio, con bajadas y subidas de sonido. Reseñable también el modo en el que sonó la batería, que creo deberían haber puesto unos micros más ambientales para dar un sonido más rotundo a la batería. Podían haber llevado instrumentos y amplificadores de la época; habría sido importante contar con un Vox Continental... O si no, qué hostias, meter un destornillador por cada amplificador para romper el sonido y hacer la salvajada padre… En cuanto al repertorio conocido, no decepcionaron, tocaron “Witch”, “Boss Hoss”, “Have Love Will Travel”, “Psycho”, “Walking The Dog”, “Night Time Is The Right Time”, y también clásicos del rock and roll de Little Richard, como “Lucille”. En total 70 minutos de concierto… Los pobres están mayores… Pero si recordáis el concierto de Iggy Pop, pasó lo mismo con la duración, pero no en la diversión, ni en el sonido, ya que era un sonido contundente, aquel concierto de hace unos poquitos años en fiestas de Bilbao.

En cuanto a las consumiciones en el recinto de conciertos, qué me diríais si te cobran 4 € por un cervecita de barril, y menos mal que iba bien alimentado después de litros de sidra, chorizo, morcilla, tortilla de patatas, porque no quiero pensar lo que cobran por un bocadillo, y es que para garrafonazos ya tenemos cualquier fiesta de ciudad o un pueblo de mala muerte. Y es que el sitio en el que estuvimos, comimos muy bien, y a gusto del consumidor, nos pusimos como el tío Kiko o como la Moñoño, y es que la gente de la Sidrería de Santuchu, estaba hasta los “oo”de nosotros, después de haber tenido la delicadeza de estar desde las 3 de la tarde hasta las 6 pasadas, pedir dos rondas de cafés dobles, que es cuando cogimos el metro dirección plaza Nueva de nuevo, y recorrernos gentilmente todo bar abierto en Somera y alrededores. Hice un esfuerzo extra de beber aguas para rebajar, porque hasta la noche quedaba mucho camino que recorrer.

Y bien, acabado el concierto, y claro está, hay que tener un respeto a The Sonics, por ser los padres del garage, aunque estoy convencido que los hay renegados de las listas de éxitos que han inventado más generos hasta ahora desconocidos. Aquí delante y sonando tengo el gran disco “Here Are The Sonics”, con el crepitar incesante de la aguja del plato, eso sí, plasmado en los surcos microscópicos de un disco compacto.

Estoy de acuerdo en que el mejor momento es la noche, y más acompañado de buenos amigos, una buena copa, impregnado de humo, oliendo a sartén quemada y rememorando canciones de los ochenta tan sonrojantes como “Don’t Leave Me This Way” de The Communards, “Always On My Mind” de Pet Shop Boys, o la mismísima “Faith” de George Michael, aquella sintonía de Ramón Trecet en su programa nocturno de baloncesto… Bueno, volvimos a nuestras raíces, dos despistados de la vida, tras un rosario de ausencias en esa noche lluviosa sin parabrisas, y todos los locos que juntos fuimos a la sidrería, nos desperdigamos por toda la sala al principio, y cada uno llegó a su torturado destino como bien pudo y adivinó viendo rastros de nicotina y celulosa podrida. Volvimos a nuestro Residence querido para componer rapsodias con las palmas sobre una versión de “Hotel California” de Gypsy Kings, o ese último gran himno –Suspicious Mind-, para celebrar el cumpleaños de Manu con dedicación plena y a pleno pulmón.

Y bueno, como diría la canción de Los Ronaldos “Por Las Noches”. Nos damos un paseo, corremos por las calles, un poco de jaleo, ahora que no hay nadie, no quiero dormir, no quiero dormir, algunos no lo entienden y pegan a la gente, y por los tejados alguien ha saltado, ¡ya no dormirá más!, y por las noches haremos lo de siempre, porque nos gusta y porque nos divierte.

Básicamente se trataba de agotar las vacaciones de la manera más atroz y depravada posible y la lluvia lavó nuestros pecados y los encauzó allí donde decía Pablo Carbonell, después de 40 cervezas, y después de haber expulsado los pecados por el conducto uretral y conducirlos al retrete.