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viernes, 23 de abril de 2010

EN COMPAÑÍA DE UN GRANDE











NICK GARRIE EN RESIDENCE CAFÉ 20100422

Corta fue su pasada por tierras vascas, y larga su vida musical. Más de cuarenta años le avalan. Su forma de entender la música ya no es de hoy. Hoy ya no hay este tipos de músicos románticos, que entendían la música como forma de expresión, que exteriorizaban lo más íntimo de su ser. Miento, hoy día también hay músicos del calado de Nick Garrie, como pueden ser los Radiohead, Wilco, Sigur Ros y alguno más que ahora no me viene a mi memoria.


La cosa fue más o menos sencilla. Me fui a tomar la copa de rigor, pasando por mi local favorito, el Residence de Bilbao, y me dijeron que la tarde-noche del 22 de abril, las cenizas del volcán islandés que tan raro nombre lleva, ha sido el “culpable” de tal milagro. Nick Garrie no ha podido volar para su tierra y ha tenido que quedarse aquí, para que unos cuantos amantes de la música pudiéramos apreciar el arte con mayúsculas.


Es un hombre humilde y que le gusta este mundo de la música. Se le ve en la cara el entusiasmo después de tantos sinsabores en su carrera. Su disco mítico y que tiene un valor altísimo dentro del coleccionismo mundial se llama “The nightmare of J.B. Stanislas”, que fue editado en 1969, y desafortunadamente se vio truncada su salida por la muerte del promotor del disco Lucien Morisse tras su suicidio, lamentablemente el proyecto se vio truncado, y la fortuna que podría haber tenido Nick Garrie, se fue corriente abajo hacia el mar, y perderse en las corrientes del underground.


Han sido algunos conciertos que he visto en Residence, afortunado por la suerte de haber pasado por allí en el momento preciso; momentos felices en mi vida fueron la llegada de Lisa Otey o el grupo moldavo Igrizcek a esta pequeña sala bilbaina que soporta estoica el paso de los años, las malas habladurías de los vecinos, denuncias por ruidos, y esa lucha absurda con el ayuntamiento de Bilbao que quiere que haya vida cultural en la capital vizcaina, y no comprenden que hay que fomentar este tipo de salas, donde lo bonito está en que el turista llegue a una ciudad donde lo imprevisible sea la seña de identidad.


Espacios vacíos, aires viciados, espacios áereos colapsados, momentos de crisis; mejor no pensar en ello y empaparse de buena música y sabiduría. Nick Garrie tiene todo eso; es un cantante que desprende creatividad y verdad. Leonard Cohen envidia muchas de sus canciones; por algo será.


http://www.myspace.com/nickgarrie